Relajación instantánea

Relajarte es fácil, aunque muchas veces lo hacemos difícil. Aquí te comparto una práctica con la que puedes tener una relajación instantánea.
Mira, es fácil.

Te sientas con la bebida calentita delante.

La hueles.

Tocas la taza.

Le das un pequeño sorbo sintiendo la temperatura, y el sabor.

Sientes como baja,

mientras ves el humo saliendo de la taza,

y la hueles,

la tocas,

y así…

Solo presencia, sin mente.

Que lo disfrutes.

Un abrazo,
Naylín,

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