¿Podría la enfermedad ser una pista para tu evolución?

La enfermedad puede ser lo peor que te puede pasar en tu vida, o puede ser una oportunidad para evolucionar. ¿Qué elijes?

Ayer me pasé el día y la noche con malestar en el cuerpo y con fiebre.

¿Y eso qué tiene que ver contigo?

Pues que hay otra forma de vivir el dolor, el malestar, los síntomas que da el cuerpo.

Te cuento.

Salí de Cuba con 22 años, y aquí encontré amigos, muy buenos amigos.

Pero cuando me sentía mal físicamente, siempre pensaba en mi madre.

Quiero que esté cerca, me decía a mí misma…

Pero estaba lejos.

Y eso me hacía sentir peor.

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Así lo entiendo yo, y lo voy observando en mi día a día (o sea, en mí, en mi familia, en mis clientes).

Lo que habitualmente llamamos enfermedad, la podemos vivir de muchas formas.

Hay quien se enferma, de forma inconsciente, porque siente que es la única forma de tener cerca a la familia.

Hay quien lo hace, (siempre inconscientemente), porque se siente desprotegido, o siente carencias afectivas o sexuales. 

También porque sienten un gran vacío dentro. 

O por una negación de enfrentar la vida, sintiéndose desamparado.

Quizás por no expresar emociones y sentimientos o por sentirse demasiado responsable como cabeza de familia.

El resumen, según lo veo, enfermamos por nuestra forma de interpretar la realidad, generando conflictos emocionales inconscientes que afectan nuestra biología y neurología. 

Esto, como te dije antes, es mi forma de verlo y es muy muy amplio, además de muy controvertido.

Pero cada uno se cree lo que más le funciona.

O lo que aprendió y sigue siendo para él la realidad.

En mi caso, ya no hecho de menos a mi madre.

Ahora vivo los síntomas que me da el cuerpo como una oportunidad para darme cuenta de algo.

💡MOMENTO AUTORREFERENTE

¿Te has preguntado alguna vez si ese malestar físico que tiene, te trae alguna pista que te permita evolucionar?

Para mí no hay una respuesta verdadera y una falsa.

Yo decido conscientemente qué creer, y lo pongo en práctica mientras a su vez, me abro a actualizar ese pensamiento.

Y eso me hace vivir el malestar físico (o enfermedad, como quieras llamarlo), de otra manera.

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Un abrazo,

Naylín

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