Miras lo que otros te dicen que veas

Escuché en una conferencia hace poco que percibimos unos 40 estímulos versus los 20 000 000 de estímulos que hay en cada instante.

Ese es el tema de hoy, que surgió cuando ayer iba en autobús, y me puse a mirar los balcones de Valencia.

Quiero compartirte por qué creo que saber y aplicar esto puede mejorar tu vida.

Te cuento.

Regresábamos de Córdoba y cogimos el autobús hacia donde habíamos dejado el coche.

Mi hijo miraba la ciudad, mi pareja descansaba y a mí se me fue la atención a los balcones.

Plantas, ropa tendida, aires acondicionados, bicicletas, muebles, cuadros, paredes sin pintar, paredes pintadas, restos de obra, mesas, sombrillas, toldos, luces, animales, banderas…

Pero lo que te quiero contar no es lo que vi en ellos.

Sino la cantidad de detalles que se abrieron ante mí, al decidir fijar la atención en los balcones.

Si ahora te pusiera una foto de una ciudad, y te dijera que me describieras todo lo que ves en los balcones, seguramente lo harías, y verías muchas cosas.

Pero como yo ayer, te perderías todo lo demás.

No vi las casas, la gente, los coches, los árboles. 

¿Y eso cómo puede influye en tu vida?

Que muchas veces, mucha gente, nos dice hacia dónde mirar.

Y ahí nos quedamos. 

Miramos hacia donde nos señalan otros.

Nos perdemos mucha parte de la realidad.

Y no vemos lo que conscientemente hemos decidido ver.

Porque directamente, no nos paramos a pensarlo y por lo tanto, no decidimos.

CÓMO ME FUNCIONA A MÍ.

Hace muchos años, cuando veía la tele y alguna noticia, me di cuenta de que me estaban mostrando una parte de la realidad.

Y me la mostraban de la forma en la que otros querían.

Quizás podía percibir otras aristas de un mismo hecho, pero me quedaba ahí, en lo que otros me mostraban.

Lo que hago ahora, al escuchar una opinión, una descripción, un comentario, de alguien, es recordar esto:

Como yo, está viendo solo una parte de la realidad. 

Y hay más, y yo quiero ver más.

MOMENTO AUTORREFERENTE

¿Te resuena lo que te digo?

Te invito a hacerlo tuyo, no a creértelo.

A que si te es útil, lo experimentes.

Y a que te des cuenta si en algún aspecto de tu vida te estás dejando arrastrar por algo que  otro te aseguró que así era.

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Un abrazo, corazón.

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