Esta historia te puede dar buenas pistas de cómo hacer lo que realmente quieres.
Te cuento:
Eran las 7 de la mañana y ya mi hijo y yo estábamos listos para irnos.
No a Barcelona como habíamos planificado.
Nos íbamos a coger un taxi, que nos llevaría a donde estaba la grúa.
La noche anterior se nos quedó el coche sin arrancar, así que nos tocaba ir al taller..
Y allá fuimos.
Mientras que mi pareja nos esperaba en Valencia para recogerlo e irnos todos.
Pero no todo fue rápido y fácil.
Pensábamos llegar a las 8 ó 9 de la mañana a Valencia, y a las 12 aún estábamos en el taller, cerca de Denia.
¿Qué hacemos?
¿Nos quedamos?
¿Cambiamos el plan y nos vamos a Valencia?
Yo tenía muchas dudas.
Entonces mi pareja propuso:
Hacemos XXXXXX (era una propuesta diferente del plan original)
Y ahí fue que entendí todo.
Y lo entendí gracias a que el plan que me propuso no me gustaba nada.
Me di cuenta que estaban surgiendo tantos obstáculos para llegar a Barcelona, porque…
no sabía qué era lo que realmente quería.
Y las cosas no estaban saliendo, en consecuencia de ello.
No por culpa del coche, ni del taller.
Ni por todos los demás obstáculos que habían surgido durante la semana.
Es que yo no sabía lo que quería.
Los miedos, escondidos en diferentes formatos, acechaban en silencio.
🔔ASÍ ME FUNCIONA A MÍ
Cuando no sé lo que quiero.
Cuando no sé para qué hago lo que hago.
Cuando hay miedos ocultos.
Cuando voy haciendo las cosas porque “el otro”, cualquiera que sea, lo propuso y ni me lo planteo.
Cuando en definitiva, delego inconscientemente la responsabilidad de decidir, pasan cosas así, un poco caóticas.
Y si no lo llego a ver, no hubiera llegado a Barcelona.
Y me hubiera perdido las bellas vistas de Monserrat, y los muchos regalos que hay en este viaje.
Se me fue la pinza por completo.
Eso que tanto invito a hacer a mis clientes y que tan útil me es siempre, no lo había hecho.
💡MOMENTO AUTORREFERENTE
¿Te has dado cuenta de qué pasa cuando no tomas conscientemente tú la decisión de hacer algo?
¿Has observado qué sucede en tu realidad si no tienes claro lo que quieres?
Eso es en gran medida lo que hace que lleguemos a hacer lo que queremos:
Saber qué queremos.
¿Parece fácil, no?
Pues igual con un par de preguntas, a muchos se le desmontaría el chiringuito.
La mayoría de las veces, la mayoría de las personas no saben lo que quieren.
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Mando un correo cada día, que quién sabe si te puede aclarar cosas en tu mente.
Un abrazo,
Naylín